Y como a todos los adolescentes les gusta despedirse de la ESO mi hija no iba a ser menos.
Va al colegio de los Escolapios y me metió en la embarcada de ayudarla a preparar la fiesta de graduación.
Mi participación en ella fue hacerla una galleta con el uniforme, un inventillo de bombón a modo de sombrero de graduación y unos diplomas de barquillo con lazo de fondant.
Luego las embolsamos todas, toditas, todas.
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